Este es el 'no reportaje' por una acreditación carcelaria que nunca llegó: "La sociedad debe saber que las prisiones hacen cosas positivas"

Viaje fallido a una pieza teatral interpretada por internos en la cárcel de Salto del Negro

'Atrapasueños' acoge una segunda sesión mañana con familiares de los reclusos como público

'Atrapasueños' del Teatro Social de Hestia

'Atrapasueños' del Teatro Social de Hestia / lp/dlp

A resguardo de los vientos gélidos de Tafira Alta, se escenifica en la cárcel de Salto del Negro la obra de teatro Atrapasueños, que esta mañana recibió el calor del público, pero no de la prensa local. La pieza, interpretada por internos, permaneció detrás de los barrotes para el periodismo con un rotundo: "no están acreditados". Sin embargo, logró deleitar a los 70 asistentes, entre ellos directores de compañías, estudiantes, actores y público interno, que sí tenían acceso a los confines de la prisión.

Sobre las acreditaciones fallidas en cuestión, "no hubo tiempo a tramitarlas", explican. Los datos se enviaron el mismo día en el que se produjo el aviso de la convocatoria de medios al Centro Penitenciario de Las Palmas I. Este que aquí se escribe es el 'no reportaje' resultado de una mañana que dejó Atrapasueños sin vis a vis mediático.

Después de más de 40 años al frente de una compañía de teatro carcelario, Elena Cánovas tiene claro que la labor "merece la pena". Expresa con orgullo que la Compañía Yeses, fundada en el Centro Penitenciario de Madrid I, cambió su vida y la de cientos de mujeres. Al lado de Cánovas, en un sofá bermejo, está sentado el educador social de la Asociación Hestia, Graziano Pellegrini, un activo importante en el proceso de Atrapasueños como formador de los reclusos en la disciplina teatral.

De izqda a dcha, Graziano Pellegrini y Elena Cánovas

De izqda a dcha, Graziano Pellegrini y Elena Cánovas / Juan Carlos Castro

El texto es original, redactado en prisión como reflejo de extensas conversaciones acerca de vívidos sueños en los que los internos vendían drogas. "Era algo recurrente en muchos de ellos", explica Pellegrini, quien decidió orientar el taller hacia la onirología y profundizar en el significado de aquellos sueños. Basándose en las creencias de los indios hurones, quienes sostenían que la verdadera realidad existente era a través de los sueños o pesadillas, los internos crearon "como tribu moderna", la pieza Atrapasueños.

"El resultado es una obra de teatro de contrastes", en la que el público se pregunta "¿Estoy viviendo un sueño?" El anfiteatro del correccional de Las Palmas I acoge esta obra coral en el que los presos exploran sus identidades, exponen sus limitaciones, fortalezas y deseos. Como un viaje por el sueño colectivo, la pieza trata de suscitar una reflexión en el público que incite a la búsqueda de una sociedad mejor. En esto, apunta Graziano Pellegrini, "podemos trabajar todos con la acción individual". El montaje vuelve a cobrar vida en el mismo espacio de internamiento mañana, con los familiares de los presos como público.

El poder transformador del teatro

Valores como el respeto, amor propio y disciplina, son los elementos fundamentales que hacen del teatro un oficio de perseverancia. "La interpretación es algo serio y a veces los internos no entienden este rigor", comenta Pellegrini, que bregó gracias a trabajar con presos una metodología especial formativa en la dramaturgia. Cuando los internos entendían que el teatro es una práctica constante, de asistencia a los ensayos y gran trabajo personal, logran engancharse al teatro y "ver en ellos una transformación sorprendente". Y es que los que han pasado por este proceso de experimentación artística "difícilmente reinciden", según ambos expertos.

'Atrapasueños' en la Sala Insular de Teatro

'Atrapasueños' en la Sala Insular de Teatro / lp/dlp

Quince internos se han formado como actores de sus propios sueños tras las rejas. El objetivo es sentirse libre, lo que más anhelan dentro de los muros de Salto del Negro. El teatro es solamente una herramienta para la transformación de las personas, "y la sociedad", añade Pellegrini. Remar todos a una por un mismo objetivo grupal es la clave del éxito de esta metodología de reinserción de internos en centros penitenciarios.

Asociación Hestia

La organización capitalina trata de crear un espacio seguro para los internos, con talleres de interpretación en el centro penitenciario de Juan Grande. "Algunas actividades están destinadas a personas con trastornos de salud mental", explica Graziano Pellegrino, que ha participado en el proceso de formación en teatro a los reclusos. Para muchos de ellos, el trabajo de seguimiento, una vez fuera del centro penitenciario, es fundamental. Es por eso que desde la Asociación Hestia también organizan una vez al mes un encuentro matinal de varias horas en espacios verdes de la ciudad. "Si nos llaman para alguna de teatro, este seguimiento es fundamental para luego ofrecerles más papeles en otras obras teatrales", expresa.

Compañía Yeses

Yeses, compañía dirigida por Elena Cásanova, suma casi cuatro décadas de andadura, marcados por "trabajo exhaustivo". Su filosofía, en la que "la sociedad debe saber que las cárceles hacen cosas positivas", estuvo presente en ella desde que comenzó a trabajar como funcionaria de prisiones. El grupo teatral alcanza su actual nivel de prestigio gracias a todas aquellas mujeres encarceladas en las Yeserías de la década de los 80. En las obras teatrales, las actrices internas se mezclan con profesionales, metodología similar a la que se empleó en la escenificación de Atrapasueños que tuvo lugar en noviembre, en la Sala Insular de Teatro.

A través de la memoria, la dramaturga recuerda qué le decía uno de sus profesores de la Real Escuela Superior de Arte Dramático: "No habéis vivido lo suficiente". Eran chavales intentando interpretar papeles trascendentales. La ganadora de un premio Max de las Artes Escénicas en 2017 explica que las internas "han vivido demasiado pronto". Todo ese torrente de "vida al límite" y experiencia se abre camino como una oportunidad valiosa para ser expuesta sobre el escenario.